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Magia Satanica
Magia Menor
Las 48 Leyes del Poder
Tips de Supervivencia
De Enfrentamientos y Victorias
Algunas Pautas A Tener En Cuenta Antes de Emplear Magia Menor
 
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Magia Satánica

 

Todo Satanista, de una u otra forma, practica la magia. La Biblia Satánica estipula dos tipos de magia, la Magia Mayor y la Magia Menor. Cada una de ellas se halla a lados opuestos del espectro, pero están enlazadas inseparablemente la una a la otra.

La Magia Mayor, o Magia Ritual, incluye la utilización de psicodramas y clímax emocional para provocar "el cambio, según la propia voluntad, de eventos o situaciones que, de otra manera, serían inmodificables." La Biblia Satánica explica los principios relacionados con la práctica de la Magia Mayor. Otro aspecto de la Magia Mayor —Magia Ceremonial— es un proceso en el cual se utilizan cierto tipo de psicodramas con el fin de purgarse a uno mismo de dogmas del pasado, ritos de iniciación, o bien para insuflar poder en un grupo de individuos. En esta categoría se incluyen la mayoría de rituales en grupo. En los Rituales Satánicos, las Ceremonias Mágicas y los Rituales en grupo pueden tener numerosas variantes.

En el otro extremo hallamos la Magia Menor. Los aspectos de la Magia Menor no están del todo explicados en las páginas de La Biblia Satánica. Si bien se habla un poco de la importancia de la apariencia, la mirada, y de ciertos olores, el ser un mago competente en este campo requiere mucha práctica, y hay mucho que aprender. La psicología cotidiana y los modales al hablar son aspectos muy importantes, y aunque puedan tomarse apuntes de varios libros para este tipo de magia, la mejor fuente no sólo para aprenderla, sino para practicarla, es la vida diaria. Si te limitas a leer y leer, convirtiéndote en un archivo andante de éste tipo de conocimiento, no llegarás muy lejos en la práctica de la Magia Menor; debes utilizar lo que estudies y aprendas, mientras más lo utilices, lograrás habilidad y experiencia.

Había dicho que los dos tipos de magia están relacionados. Mientras más hábil sea uno en la práctica de la Magia Menor, tendrá más resultados en la práctica de la Magia Mayor. Mientras más poder tenga un individuo por ser capaz de manipular hábilmente a las personas, más receptivas se vuelven éstas para hacer realidad los deseos de aquél.

La Magia Mayor es importante para mantener la mente estable durante las operaciones mágicas. Los fuertes deseos que se hallan en los puntos más recónditos de la conciencia, y que suelen aflorar en los momentos más inoportunos, son la ruina de una vida satisfactoria. Lo que nos posibilita la Magia Mayor es ser capaces de mantener la mente despejada. No todo el mundo tiene la necesidad de ritualizar constantemente, ya sea mensual, semanal, o incluso diariamente. Pero quienes sí lo necesiten, sean honestos con ustedes mismos, y asuman sus necesidades. Si alguien piensa que está ritualizando más de lo necesario, puede deberse a que no ha sabido utilizar toda la energía necesaria para entregarse completamente en un ritual. Recuerden, lo que importa es la calidad, no la cantidad.

No se decepcionen si no tienen resultados inmediatos, mantengan los ojos bien abiertos, ya que los eventos mágicos no suelen ser evidentes; pueden manifestarse con resultados muy sutiles pero definitivamente favorables. El descargar los deseos asfixiantes y los pensamientos obsesivos es tan importante como lograr lo que se quería con el ritual. Si pareciera que no hay resultados, habrá que experimentar con otras técnicas, crear nuevos psicodramas, hasta encontrar lo que de mejores resultados.

En sus dos formas, la Magia no sólo es una forma de nuestra religión —es una forma de vida. Para obtener resultados, es necesario que exista un equilibrio entre ambas formas de Magia. Puede que para construir una fuerte base psicológica sea necesario utilizar al principio la Magia Mayor. Ésta se hace menos necesaria a medida que se avanza, ya que la Magia Menor suele obtener la satisfacción inmediata de los deseos y es la base de una vida productiva.
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Magia Menor

 

Los grimoires, como todos ustedes deberían saber, eran -- o más bien, son -- textos que registraban los conocimientos mágicos de los 'hechiceros' de antaño, esto es, los alquimistas, herbolarios y todos aquellos que en el Medioevo practicaban uno de los tantos 'saberes prohibidos'. Los tiempos cambian y en nuestros días los 'saberes prohibidos' son aquellos condenados por la 'sociedad correcta' y el 'correctismo político'. Pues bien, para deleite de muchos, curiosidad de otros y repugnancia del resto, he aquí un grimoire virtual, que se irá renovando paulatinamente, enfocado a lo que en el Satanismo llamamos Magia menor. Estad atentos...

La magia menor va desde el descaro hasta la amabilidad, desde una agresión explícita hasta una seductora pasividad... y todas las combinaciones que se puedan hacer. Ha sido practicada por hombres y mujeres a lo largo de la Historia. Consiste en el arte de saber cómo cultivar y utilizar el encanto y belleza personales. La magia menor es glamour.
 
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Las 48 Leyes del Poder

 

La sensación de no tener poder sobre la gente y los eventos es algo que generalmente nos resulta insoportable —cuando nos sentimos desvalidos nos sentimos miserables. Nadie quiere menos poder; todo el mundo quiere más. Sin embargo, en el mundo actual, el parecer ávido y sediento de poder es peligroso, el ser evidente en tu lucha por el poder. Tenemos que parecer honestos y decentes. Por lo tanto, necesitamos ser sutiles —congéniales pero astutos, democráticos pero tortuosos.

Este juego de duplicidad constante se asemeja a la dinámica de poder que existía en el mundo de las antiguas cortes aristocráticas. A lo largo de la historia, siempre se formaba una corte alrededor de la persona que detentaba el poder —rey, reina, emperador, líder. Los cortesanos que llenaban esta corte estaban en una posición especialmente delicada: Tenían que servir a sus amos, pero si parecían adular, si se congraciaban de manera demasiado obvia, los otros cortesanos lo notarían y actuarían en su contra. Luego, los intentos de ganarse el favor del amo tenían que ser sutiles. Y aún hasta los más hábiles cortesanos que eran capaces de tales sutilezas tenían que protegerse a sí mismos de sus compañeros, quienes en todo momento estaban intrigando para hacerlos a un lado.

Mientras tanto, se suponía que la corte representaba el cúlmen del refinamiento y la civilización. La lucha abierta por el poder era vista con malos ojos; los cortesanos trabajarían silenciosamente y en secreto contra cualquiera entre ellos que usase la fuerza. Tal era el dilema de la corte: mientras parecían ser el parangón de la elegancia, tenían que superar y aplastar a sus enemigos de la manera más sutil posible. El cortesano exitoso aprendía con el tiempo a hacer indirectos todos sus movimientos; si apuñalaba a alguien por la espalda, era con un guante de terciopelo en su mano y en su rostro la más dulce de las sonrisas. En lugar de utilizar la coerción o la traición descarada, el cortesano perfecto se abría paso por medio de la seducción, el encanto, el engaño y la estrategia sutil, planeando siempre, con mucha anticipación, todos sus movimientos. La vida en la corte era un juego sin fin que requería vigilancia constante y pensamiento táctico. Era una guerra civilizada.

Hoy en día encaramos una paradoja peculiarmente similar a la del cortesano: Todo debe parecer civilizado, decente, democrático, y limpio. Pero si jugamos según esas reglas, muy estrictamente, si las tomamos muy al pie de la letra, seremos aplastados por quienes nos rodean, que no serán tan tontos. Como escribió el gran diplomático y cortesano Nicolás Maquiavelo, "Cualquier hombre que intente ser bueno todo el tiempo, entre la mayoría de quienes no lo son, está condenado a la ruina." La corte creía ser el cúlmen del refinamiento y la honestidad, pero debajo de su deslumbrante superficie hervía un caldero de emociones oscuras —codicia, envidia, lujuria, odio. Hoy en día, de manera similar, nuestro mundo cree ser el pináculo del refinamiento y la honestidad, y sin embargo las mismas emociones siguen con nosotros, como siempre lo han hecho. El juego es el mismo. Por fuera, debes parecer alguien que respetas las delicadezas, pero por dentro, a menos que seas un tonto, aprendes rápidamente a ser prudente y hacer como aconsejaba Napoleón. Coloca tu mano de hierro en un guante de terciopelo. Si, como en los días pasados de las cortes, puedes dominar el arte de ser indirecto, aprendiendo a seducir, encantar, engañar, y maniobrar sutilmente para superar a tus oponentes, alcanzarás las cumbres del poder. Serás capaz de hacer que la gente se incline a tus deseos sin darse cuenta de lo que has hecho. Y si no se dan cuenta de lo que hayas hecho, no te guardarán rencor, ni te opondrán resistencia.

Para algunas personas, la idea de ejercer concientemente juegos de poder —sin importar cuan indirectamente lo hagan— parece malvada, asocial o, en el mejor de los casos, una reliquia del pasado. Creen que pueden escapar de dichos juegos comportándose de formas que no tengan nada que ver con poder. Debes cuidarte de tales personas, ya que mientras expresan abiertamente semejantes opiniones, casi siempre se cuentan entre los más adeptos jugadores de poder. Utilizan estrategias que disfrazan astutamente la naturaleza de la manipulación que conllevan. Por ejemplo, esta clase de personas suelen presentar su debilidad y falta de poder como si fuese algún tipo de virtud moral. Pero la verdadera falta de poder, sin motivo de interés personal, no hace publicidad de su debilidad para ganar compasión, simpatía o respeto. Demostrar abiertamente la propia debilidad es de hecho una estrategia muy efectiva, sutil y engañosa, en el Juego del Poder.

Otra estrategia bastante utilizada por este tipo de personas es la de exigir igualdad en todos los aspectos de la vida. Todos deben ser tratados por igual, sin importar su estatus o su fuerza. Pero si, para evitar la mácula del poder, intentas tratar a todos por igual y de una manera justa, tendrás un problema: verás que algunas personas hacen ciertas cosas mejor que otras. El tratar a todos por igual implica ignorar sus diferencias, elevando a los menos hábiles y suprimiendo a quienes sobresalen. Una vez más, muchos de quienes se comportan de esa manera despliegan otra estrategia de poder, redistribuyendo las recompensas de otros a quienes ellos determinen.

Otra manera de evitar el juego sería la franqueza y honestidad perfectas, ya que una de las técnicas principales de quienes buscan poder es el secreto y el engaño. Pero el ser perfectamente honesto herirá e insultará —inevitablemente— a muchas personas que pueden serte valiosas, algunas de las cuales se inclinarán por devolverte el daño. Nadie verá tu honestidad como algo objetivo y libre de motivaciones personales. Y tendrán razón: en realidad el utilizar la honestidad es de hecho una estrategia de poder, que se utiliza para convencer a la gente del carácter noble, desprendido y de buen corazón que uno tiene. Es una forma de persuasión y hasta una forma sutil de coerción.

Finalmente, quienes digan no interesarse por semejantes intrigas pueden afectar un aire de ingenuidad, para protegerse de la acusación de que están tras el poder.. Una vez más, estad atentos, ya que la apariencia de ingenuidad puede ser un medio efectivo de engaño. Incluso la ingenuidad verdadera no está libre de las trampas del poder. Los niños pueden ser ingenuos de muchas formas, pero suelen actuar así debido a una necesidad elemental de ganar control sobre quienes los rodean. Los niños sufren mucho si se sienten impotentes en el mundo adulto y utilizan cualquier medio que esté a su alcance para salirse con la suya. La gente verdaderamente ingenua puede jugar al juego del poder y suelen ser horriblemente efectivos en dicho juego, ya que no se hallan obstaculizados por la reticencia de otros. Una vez más, quienes dan grandes muestras de inocencia son los menos inocentes de todos.

Puedes reconocer estos "no jugadores" por la manera como ventilan sus cualidades morales, su piedad, su exquisito sentido de la justicia. Pero como todos nosotros estamos hambrientos de poder, y casi todas nuestras acciones están dirigidas a conseguirlo, lo que hacen estos los "no jugadores" es tirarnos arena a los ojos, distrayéndonos de sus juegos de poder con su aire de superioridad moral. Si los observas de cerca, verás que suelen ser los más hábiles en el arte de la manipulación indirecta, aún si algunos de ellos lo practican inconscientemente. Y resienten cualquier publicidad que se haga de las tácticas que utilizan a diario.

Si el mundo es como una corte gigantesca y estamos atrapados dentro de ella, de nada sirve tratar de salirse del juego. Lo único que lograrás con eso será quedar impotente, y dicha impotencia te hará miserable. En lugar de luchar contra lo inevitable, en lugar de discutir y quejarte y sentirte culpable, resulta mucho mejor sobresalir en el juego y ganar poder. De hecho, mientras mejor seas en el juego del poder, mejor amigo, amante, esposo, esposa, persona te harás. Siguiendo el camino del cortesano perfecto, aprenderás a hacer que otros se sientan mejor acerca de sí mismos, convirtiéndote así en fuente de placer para ellos. Se harán cada vez más dependientes de tus habilidades y deseosos de tu presencia. Al dominar las 48 leyes del poder, le ahorrarás a otros la molestia y el dolor causados por chapotear con el poder —jugando con fuego sin conocer sus propiedades. Si el juego de poder es inevitable, es mejor ser un artista que un negador o un chapucero..

Para aprender el juego del poder es necesaria cierta visión del mundo, un cambio de perspectiva. Se requiere esfuerzo y años de práctica, ya que es probable que muchos aspectos del juego no llegan de manera natural. También necesitarás ciertas habilidades básicas, y una vez que domines estas habilidades serás capaz de aplicar las leyes del poder de una manera más fácil. La más importante de estas habilidades, y uno de los fundamentos básicos del poder, es la capacidad de controlar tus emociones. Una respuesta emocional a una situación es la barrera más grande para alcanzar el poder, un error que puede costarte mucho más que cualquier satisfacción temporal que puedas obtener expresando tus emociones. Las emociones nublan la razón, y si no puedes ver la situación con claridad no podrás prepararte ni responder a ella con algún grado de control. La ira es la respuesta emocional más destructiva, ya que es la que más nubla tu percepción de las cosas. También tiene un efecto distorsionante que invariablemente hace menos controlables las situaciones y aumenta la resolución de tu enemigo. Si intentas destruir un enemigo que te ha hecho daño, es mejor mantenerlo fuera de guardia fingiendo amistad que mostrar tu ira.

El amor y el afecto son potencialmente destructivos, ya que te ciegan a los intereses egoístas frecuentes de quienes menos sospechas que juegan un juego de poder. No puedes reprimir la ira ni el amor o evitar sentirlos y no deberías intentarlo. Pero deberías ser cuidadoso sobre cómo expresarlos y, lo más importante, nunca deberían influenciar de ninguna manera tus planes y estrategias.

Algo relacionado al control de tus emociones es la capacidad de alejarte del momento presente y pensar objetivamente sobre el pasado y el futuro. Como Jano, la deidad romana de dos rostros y guardián de todas las puertas y entradas, debes ser capaz de mirar al mismo tiempo en ambas direcciones, para enfrentar mejor el peligro, de donde quiera que éste venga. Tal es el rostro que debes crear para tí mismo —un rostro mirando continuamente al futuro y la otra al pasado.

Para el futuro, el lema será "Que no pase un día sin estar alerta". Nada debería tomarte por sorpresa por estar imaginando constantemente problemas antes que éstos aparezcan. En lugar de desperdiciar tu tiempo soñando con el final feliz de tu plan, debes obrar calculando toda permutación y vacíos posibles que puedan emerger. Mientras más lejos veas, más pasos adelantarás tu plan y más poderoso te volverás.
El otro rostro de Jano mira constantemente al pasado —aunque no para recordar heridas pasadas o guardar rencores. Eso sólo debilitaría tu poder. La mitad del juego es aprender cómo olvidar aquellos eventos del pasado que te devoran y nublan tu razón. El verdadero propósito de la mirada retrospectiva es el educarte constantemente —miras al pasado para aprender de quienes estaban antes que tú. (el estudio de la Historia te será de gran ayuda en este proceso). Luego, habiendo mirado al pasado, observas más de cerca tus propias acciones y las de tus amigos. Ésta es la escuela más vital de la que puedas aprender, ya que aprendes de tu experiencia personal.

Comienzas examinando los errores que has cometido en el pasado, los que más tropiezos y retrocesos te hayan causado. Los analizas bajo los términos de las 48 Leyes del Poder, y de ellos extraes una lección y un juramento: "Nunca repetiré tal error; nunca caeré en esa trampa de nuevo". Si de esta manera puedes evaluarte y observarte a tí mismo, puedes aprender a romper los patrones del pasado —una habilidad invaluable.

El poder requiere la habilidad de jugar con las apariencias. Para este fin debes aprender a usar muchas máscaras y mantener una bolsa llena de trucos engañosos. El engaño y el disfraz no deben ser vistos como algo feo e inmoral. Toda interacción humana requiere del engaño en muchos niveles y lo que a veces separa a los humanos de los animales —muchas veces— es nuestra habilidad de mentir y engañar. En los Mitos Greigos, en el ciclo Hindú del Mahabarata, en la saga Sumeria de Gilgamesh, el utilizar las artes de engaño es privilegio de los dioses; un gran hombre, Odiseo por ejemplo, fue juzgado por su habilidad para rivalizar en astucia con los dioses, robando algo de su poder divino engañándolos con su sagacidad y engaños. El engaño es un arte avanzado de la civilización y el arma más potente en el juego del poder.
No podrás tener éxito en el arte del engaño a menos que hagas una aproximación distanciada de tí mismo —a menos que puedas ser muchas personas a la vez, usando la máscara necesaria para el día y momento apropiados. Con una aproximación tan flexible a toda apariencia, incluyendo la tuya propia, pierdes mucho de la dureza interior que ... Haz que tu rostro sea tan maleable como el de un actor, trabaja para ocultar los demás tus propias intenciones, practica el arte de atraer a las personas a tus trampas. El jugar con las apariencias y el dominio del arte del engaño se cuentan entre los placeres estéticos de la vida. También son componentes clave para la adquisición de poder.

Si el engaño es el arma más potente de tu arsenal, entonces la paciencia es tu escudo más crucial. La paciencia evitará que hagas metidas de pata estúpidas. La paciencia, al igual que el dominio de tus emociones, es una habilidad —no es algo innato. Pero nada del poder es natural, el poder está mas cerca a la divinidad que cualquier otra cosa en el mundo natural. Y la paciencia es la virtud suprema de los dioses, quienes lo único que disponen es del tiempo. Todo lo bueno pasará —si le das tiempo y te adelantas varios pasos en el futuro, la hierba volverá a crecer. En cambio, la impaciencia sólo te hace ver débil. Es el impedimento principal de poder.

El poder es esencialmente amoral y una de las habilidades más importantes que has de adquirir es la capacidad de ver las circunstancias mucho más allá de buenas o malas. El poder es un juego —esto no puede repetirse demasiado— y en los juegos no juzgas a tus oponentes por sus intenciones sino por el efecto que tienen sus acciones. Calculas su estrategia y su poder por lo que puedes ver y sentir. Cuan a menudo se hace que las intenciones de alguien se vuelven el meollo del asunto sólo para confundir y engañar! ¿Qué importa si otro jugador, tu amigo o rival, tenía buenas intenciones y sólo pensaba en tus intereses, si los efectos de su acción pueden ser tu ruina y confusión? Es natural que la gente cubra sus acciones con todo tipo de justificaciones, siempre suponiendo que han actuado para bien. Debes aprender a reír por dentro cada vez que escuches a alguien decir esto y procurar jamás ser atrapado midiendo las intenciones y acciones de otros con un grupo de juicios morales cuando en realidad son una excusa para la acumulación de poder

Es un juego. Tu oponente se sienta al otro lado. Ambos se comportan como damas o caballeros, observando las reglas del juego y no toman nada personalmente. Juegas con tu estrategia y observas los movimientos de tu oponente con tanta calma como puedas reunir. Al final, apreciarás la gentileza de quienes juegan con mucho más que sus buenas y dulces intenciones. Entrena tu ojo para seguir los resultados de sus movimientos, las circunstancias externas y  no te dejes distraer por otra cosa.

La mitad de tu dominio de poder viene de lo que no hagas, aquello a lo que no te dejes arrastrar. Para esta habilidad debes aprender a juzgar las cosas por lo que te cuestan. Como escribió Nietzsche: "A veces, el valor de una cosa no está en lo que uno consigue con ella, sino en lo que uno paga por ella —lo que nos cuesta." Tal vez alcances tu meta, y puede que sea una meta valiosa, pero ¿a qué precio? Aplica este parámetro a todo, ya sea incluyendo el colaborar con otros o llegar en su ayuda. Al final, la vida es corta, las oportunidades son pocas y lo único que tienes es mucha energía para utilizar. Y en este sentido el tiempo es un factor tan importante como cualquier otro. Nunca desperdicies un tiempo valioso o tu paz mental en los asuntos de otros —ese es un precio muy alto para pagar.

El poder es un juego social. Para aprenderlo y dominarlo, debes desarrollar la capacidad de estudiar y entender a las personas. Como escribió el pensador y cortesano del s. XVII Baltasar Gracián: "Muchas personas gastan su tiempo estudiando las propiedades de las plantas o animales; cuanto más importante sería estudiar las propiedades de las personas, con las cuales uno debe vivir o morir!" Para ser un jugador experto debes ser un psicólogo experto. Debes reconocer las motivaciones y ver a través de la nube de polvo con la que cada persona envuelve sus acciones. La comprensión de los motivos ocultos de las personas es el conocimiento más valioso que puedas tener para adquirir poder. Abre posibilidades infinitas de engaño, seducción y manipulación.

Las personas son de una complejidad infinita y puedes pasarte toda una vida observándolos sin llegar a entenderlos totalmente. Luego, es mucho más importante comenzar con tu educación ahora mismo. Al hacerlo, debes tener en mente un principio básico: Nunca discrimines a quién vas a estudiar y en quién has de confiar. Nunca confíes en alguien por completo y estudia a todo el mundo, incluyendo a tus amigos y seres queridos.

Finalmente, debes aprender a tomar siempre el camino menos directo al poder. Disfraza tu astucia. Como una bola de billar que gira varias veces antes de alcanzar su objetivo, tus movimientos deben ser planeados y desarrollados de la manera menos obvia. El entrenarte a tí mismo para ser indirecto, puedes prosperar en la corte moderna, apareciendo como el parangón de la decencia a la vez que eres un manipulador consumado.
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Tips de Supervivencia

 

P.T. Barnum solía decir que nadie ha ido a la quiebra por subestimar la inteligencia del pueblo norteamericano. Pero aún si no eres ningún tonto, la gente intentará separarte de tu dinero, tiempo o indulgencias —bien sea deliberada o accidentalmente. Los siguientes tips pueden ser de cierta utilidad para un Satanista en nuestra civilización actual.

1. No confíes en nadie

Puedes confiar en ti mismo, pero otros no serán tan prudentes como para confiar en ti. Funciona para ambos lados, razón por la cual no debes confiar en otros.

2. No supongas que alguien hará algo para ayudarte, aún si se ofrecen a hacerlo

En el mejor de los casos, estarán siguiendo sus propios intereses, pero la mayoría de las veces tendrán intenciones maliciosas y lo único que quieren es hacerte daño

3. Mientras más conozca la gente de ti, más elementos podrán utilizar en tu contra

Sería algo auto-destructivo el suministrar a tu enemigo información tuya que pueda ser utilizada en tu contra. Y recuerda, el amigo de hoy es el enemigo del mañana.

4. Nunca dependas de las promesas de otros

La persona puede tener apenas una mínima influencia en tu vida, pero si te haces dependiente de las promesas de esa persona, dicha persona terminará controlándote de un momento a otro.

5. Nunca dependas del poder de otros

Esto puede resultar difícil si estás empleado, y por tanto dependes del poder de tu 'patrón' o jefe más inmediato. Si tienes un trabajo, asegúrate de que podrás mantenerte unos cuantos meses sin tu paga habitual.

6. Si haces planes que impliquen otras personas, nunca des por hecho que harán su deber

No des por sentado que la gente tiene un fuerte incentivo para hacer por ti lo que te corresponde. Si es posible, trata de moverte y trabajar a su alrededor o prepara una solución de antemano, en caso de que algo falle

7. Escucha tu propio corazón

Cuidado si te han enseñado el viejo precepto de apreciar lo que otros te han dicho que aprecies. Por ejemplo, si la carne tiene para ti un sabor agradable, tal vez "es" agradable, no importa cuál sea el tipo de comida considerada saludable por la "evidencia científica" del momento.

8. Si alguien hace una declaración que pueda impactarte, verifica dicha declaración, antes de ajustar tu vida a tal declaración


Si alguien te dice algo, esa persona lo hace por alguna razón. Puede que no sea muy fácil determinar si su afirmación es falsa o verdadera. Si lo verificas, entonces sabrás la respuesta.

9. Nunca adquieras algo que te causará más dolor el separarte de ello que la alegría que te produce el poseerlo

Recuerda que cualquier cosa que poseas te poseerá también a ti o, en otras palabras, si algo te pertenece, tú le pertenecerás a ese algo. Puede que tengas que hacer pagos periódicos para que siga funcionando, en cuyo caso el objeto en cuestión requiere que trabajes para él o puede que tengas miedo que te lo roben.

10. Resuelve siempre y únicamente los problemas del momento

Un problema potencial no es un problema hasta que te afecta en tiempo presente. Esto no significa que uno deba esperar hasta el último minuto para resolver un problema. Más bien significa que uno no debería preocuparse hasta que uno sepa que hay algo de qué preocuparse.

Una vez que el problema se haga presente, actúa para resolverlo. Un problema siempre se solucionará a sí mismo si no le prestas atención, pero la solución generalmente no será de tu agrado o en tu beneficio, a menos que te hagas cargo de la situación.

11. No esperes poseer algo hasta que te pertenezca por completo

Si esperas que alguien te dé algo, no lo tienes hasta que lo tengas en tus manos.
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De Enfrentamientos y Victorias

 

 1 —Toda victoria obtenida u objetivo cumplido, debe ser celebrado con mesura y sin excesos. De hecho, conviene no dar publicidad a las victorias propias. Las razones son variadas: lo que creemos una victoria puede ser solo una retirada estratégica de nuestro enemigo, por lo cual la ignominia sería total en caso de ser nosotros los derrotados al final. Otra razón es que en la publicación de la victoria subyace una inútil y poco saludable humillación adicional del enemigo derrotado, que lejos de neutralizarlo para siempre, le instalara un recordatorio para caer sobre nosotros a la próxima oportunidad.

2 —Es menester pues, imprescindible, asegurarnos de que no habrá "próxima oportunidad" y esto se logra sólo con la desaparición de nuestro enemigo. Si el mismo es derrotado por la fuerza, la destrucción deberá ser absoluta y má allá de la piedad: no hay peor cosa que dejar a una rata herida... Si el mismo capitula por rendición, sin perder de vista que nuestro objetivo era precisamente su derrota y dejando a un lado las humanas pasiones por un momento, se debe convertir ese enemigo derrotado en un aliado, por lo cual desaparecerá como enemigo. Esta última situación es la ideal. Nunca se deben dejar enemigos tras las espaldas, y si por una eventualidad los dejas, jamás cometas el error de olvidarlos... ellos no te olvidarán a ti

3 —Previo a cualquier enfrentamiento, es necesario medir las fuerzas del enemigo. Sin embargo ni la mejor labor de investigación nos dará una idea de las mismas, puesto que frecuentemente ni el mismísimo enemigo conoce sus fuerzas hasta llegada la hora de emplearlas. Este hecho puede llegar a causar sorpresas agradables y desagradables para cualquiera de los dos contendientes

4 —Para conocer a tu enemigo, en una primera etapa es menester que él  ignore que se le considere tal. Si eres enemigo declarado, simula tu identidad: en un mundo de medios electrónicos esto no es difícil. Ganándote su confianza averigua cuanto puedas, pero en especial:
a) Quiénes son SUS enemigos pasados y actuales. Ahí tendrás posiblesaliados
b) Cuáles son sus elementos más preciados. Ahí sabrás dónde dolerán más tus ataques
c) Averigua dónde encontrarlo y cómo. La invisibilidad es el arma defensiva más poderosa, como la sorpresa lo es en la ofensiva: ni se te ocurra cedérsela para que se ampare en ella

5 —Agotados estos medios de conocer a tu enemigo, comenzarás con lo que llamaremos algunas "escaramuzas"... pequeños ataques selectivos, que deberán cumplir dos objetivos:
a) que el enemigo subestime tus fuerzas y sobrevalore desmesuradamente las suyas. Esto lo lograrás empleando tácticas de una ingenuidad pasmante en un principio
b) en la reacción de tu enemigo conocerás la realidad de su potencial. Pero este paso no debe considerarse único; se deben intensificar las escaramuzas y pequeños ataques una y otra vez en forma gradual, de manera que el enemigo te subestime una y otra vez, se sienta más confiado en sí mismo y sobre todo revele todos sus recursos...

6 —Llegado a este punto desaparecerás de su vista por un tiempo prudencial. Esto lo convencerá de que te ha derrotado. Usarás ese tiempo para evaluar los datos obtenidos y para que tu enemigo se olvide de ti. En el momento menos pensado iniciaras una campaña sorpresiva fulminante con todos los recursos a tu alcance, los cuales deberán exceder por mucho los que utilizaste hasta el momento. La sorpresa será en tu enemigo múltiple: por la intensidad, por el momento y por la procedencia

7 —Para llevar a cabo un buen ataque, deberás causar en tu enemigo la sensación de que es acosado las 24 horas. Como tú no dispones seguramente de ese tiempo, recurrirás a los enemigos de tu enemigos, dándoles razones para atacarlo. Si no los tiene o no lo quieren atacar, tú crearás enemigos artificiales mediante la difamación, la mentira y los rumores sin el menor escrúpulo: en la guerra todo medio es lícito. No importan las capacidades de tus aliados: desde un hombre fornido que lo amedrente hasta una mujer histérica que lo moleste telefónicamente, son útiles, pues crean en tu enemigo la sensación de que es atacado por varios frentes y no le deja un momento de respiro. Asegúrate en especial de privarlo de: a) el descanso, b) la tranquilidad, c) el anonimato. Una persona cansada, intranquila e insegura es una persona débil y propensa a capitular.

8 —Como la destrucción de un enemigo suele ser una tarea arduo costosa y poco frecuente, el objetivo primordial perseguido será en todos los casos su capitulación, su rendición. Esta incluirá: que tu enemigo se disculpe por una ofensa cometida, te retribuya por un daño cometido o acceda alguna demanda que consideres justa. Una vez conseguida la capitulación, lograste el temor de tu enemigo, sorpréndelo nuevamente y entrégale obsequios en su humillación. Gánate su amor, ya ganado su temor, y tendrás un aliado de por vida o al menos un frontera segura. Recuerda que según Maquiavelo la situación ideal de un príncipe es la de ser "amado y temido a un tiempo" y sólo se debe prescindir de lo primero cuando no es posible la obtención de ambas cosas. Además, siendo amable con tu enemigo en el momento de su derrota, grabarás en su cabeza la sensación de ser una persona imprevisible, con lo cual su temor aumentará. Los humanos tienen tres temores: lo desconocido, lo imprevisible y lo irreversible... El resto de los temores deriva de estos, por tanto si te consideran un ser misterioso, imprevisible y capaz de dañar de manera irreversible, te temerán como al diablo
 
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Algunas Pautas A Tener En Cuenta Antes de Emplear Magia Menor

 

1) —La Vey decía que en lo que respecta a la Magia Mayor o Ritual, no se debían hacer experimentos. Muchas veces medité el por qué. Obviamente una persona que cree que debe experimentar su poder antes de usarlo, duda del mismo y por tanto anula la esencia misma de dicho poder. La Magia Mayor se usa con la debida preparación cuando es adecuado y punto. No veo motivos para no considerar del mismo modo a la Magia Menor. La Magia Menor debe ejercitarse sólo en la práctica necesaria, no olvidemos que ambas formas de magia son regidas por el mismo principio: la manipulación de la realidad de acuerdo a nuestros propios deseos o en pro de nuestros propios fines. Todo trastorno de la realidad inmotivado, sea por las leyes conocidas de la Magia Menor o por las desconocidas de la Magia Mayor debe considerarse tan peligroso como un entrenamiento militar utilizando balas y explosivos verdaderos. La experiencia es la maestra de los tontos: la sabiduría es la maestra de los inteligentes. Leer y aprender del error ajeno es más saludable que leer y aprender del error propio. Una utilidad de los imbéciles en esta tierra es enseñarnos con sus errores. El sabio lee la historia y la interpreta, recordando que: a misma situación y mismo actuar misma consecuencia resulta, salvo contrariedad del Todopoderoso Dios El Azar.

2) —Una de las ventajas de la Magia menor es que fortalece a quien la emplea. Puedes practicar miles de veces un mismo ritual y tu poder siempre será el mismo. Pero si empleas una misma táctica de Magia Menor miles de veces, te aseguro que dicha táctica será cada vez mas mortífera, como un arma afinada luego de cada disparo. Con el tiempo, lograrás que la Magia Menor sea instintiva en ti, como las artes marciales lo son en quienes las practican. Las mujeres y los niños, aventajan en este aspecto sobremanera a los hombres: los niños por su voluntad inquebrantable, las mujeres por el mayor desarrollo de su pensamiento abstracto, e imaginación, en detrimento del pensamiento lógico. La mujer, por regla, sabe como manipular al hombre aun inconscientemente: sea por la risa, sea por el llanto, sea por el sexo. El hombre adulto, posee la barrera del pensamiento lógico, la cual debe ser mesurada con el pensamiento abstracto. Formas de desarrollar el pensamiento abstracto son: el arte, la creación, la meditación y otros ejercicios de imaginación. Muchas veces manipularas, dirás la palabra exacta en el momento exacto y las cosas saldrán como las hubieras deseado, sin haber hecho una táctica conciente de Magia Menor... pero efectivamente, eso es precisamente lo que hiciste: tu inconsciente evaluó la situación y el instintivo pensamiento abstracto enlazó la misma a la reacción mas adecuada. Cuando esto suceda, alégrate. No fue obra del azar; fue TU obra

3) —La Magia Menor debe consistir en muchísimo tiempo de preparación y breve tiempo de acción. La Magia Menor se asemeja a una fila de fichas de dominó apiladas por ti mismo, el trabajo está en apilarlas, el objetivo es que la última ficha caiga y la acción si dicha fila está correctamente diseñada, será empujar la primera ficha con la certeza de que todas caerán. Un estrategia improvisada, así como un ritual improvisado, está condenado en el mejor de los casos a solo un éxito parcial y en el peor de los casos al fracaso total. El VIET CONG, una fuerza irregular débil en poder derrotó en la guerra de VIETNAM al ejército más poderoso de la tierra, el de los Estados Unidos, basándose en una táctica llamada "Uno lento, tres rápidos". El "lento", era la recolección de información sobre el enemigo, la preparación del ataque y otros aspectos de diseño estratégico que insumían a veces meses enteros. Los siguientes "tres rápidos" eran, el ataque en sí, el borrado de rastros y la retirada estratégica. Si pasas semanas planificando una acción que tomará sólo unas horas, sobre un enemigo que no tiene la menor idea de lo que pasa por tu mente y que de hecho ignora el momento y el lugar donde será atacado, tus chances de éxito serán infinitamente superiores a pasar meses atacando a un enemigo advertido sin ton ni son, golpe a golpe y respondiendo contínuamente a cada una de sus reacciones

4) —Debes tener presente que en las fases previas de una acción de Magia Menor tu orgullo se verá sometido a prueba: es muy probable que tu enemigo o tu objetivo piense que eres tonto, de hecho que lo divulgue, que lo comente y dado el orgullo innato en todo ser humano, máxime si es Satanista, llegará a tu piel la tentación de revelar tus fines. Nada más tonto puedes hacer. Siempre sentirás la tentación de hacerle saber a tu enemigo que está siendo manipulado, que no eres ningún idiota, que el es un títere en tus manos y todo eso... pero si cedes, tu trabajo se verá arruinado. Incluso soy de los que piensa que en un perfecto trabajo de Magia Menor, el objetivo no debe saber que fue objeto de la misma ni aún una vez conseguida la victoria. El mal cayendo sobre una persona que no tiene tiempo de pensar en su origen, es factible de ser tomado por sobrenatural, lo cual tornará a tu objetivo extremadamente sugestionable. Cuantas veces puedas embaucar y hacer pasar por Magia Mayor lo que simplemente es Magia Menor, mejor

5) —No temas ni al lápiz ni al papel a la hora de planificar tu trabajo: la mente tiene una capacidad de retención limitada, tal como los labios una capacidad de incontinencia imprudente. Los hombres recuerdan sólo una fracción de lo que dicen sólo días después de haberlo hecho, si tú sabes anotar correctamente los datos más útiles de cada cosa que oyes y conservarlo, tomarás por sorpresa a la mismísima fuente de dichos datos. De los datos escritos, puedes incluso deducir otros. Jamás dejes escapar un dato: lee bien UN DATO. La conversación humana es habitualmente un sinnúmero de idioteces, adornos, mentiras y falsas alabanzas. Tú deberás estar pendiente de los datos. Es sencillo: nombres, números, fechas, lugares. Un sencillo ejemplo te ayudará a comprender esto. Hace un tiempo marqué mi objetivo sobre un sujeto que rivalizaba con alguien querido en cuestión de amores, es decir que disputaba la tenencia de la misma mujer que mi amigo. Mi primer paso fue ganarme la totalidad de la confianza de dicha mujer, sin que supiera de mi amistad con él. Yo hablaba poco y dejaba que ella hablara y hablara por demás, tratando de encauzar con comentarios la conversación hacia el tema de mi objetivo. En determinado momento, de sus labios brotó un dato que le pasó desapercibido: me comentó que había tenido problemas en abrir una cuenta de correo de LATINMAIL debido a que su mejor amiga utilizaba el mismo nombre de usuario, por lo cual obviamente obtuve sin que se percatara la dirección de correo de su mejor amiga (*******@latinmail.com). Como su mejor amiga estaba en el exterior y en otras conversaciones me manifestó que hacia meses que no se comunicaba con ella, poco me costó enmascarar mi propio correo y con los datos revelados, hacerme pasar por dicha amiga ante ella y ante mi objetivo, sembrando la enemistad lentamente entre ellos: mediante consejos a la primera y mediante seducción al segundo. No entraré en más detalles ni contestaré aquí las preguntas que seguramente surgen en este momento en la cabeza de muchos de ustedes: cada cual debe aprender sus propios métodos de manipulación. Pero basta con este ejemplo para saber que un dato , por pequeño que sea, dicho ociosamente , puede llevar a la obtención de otros. En el caso citado, luego de logrado el objetivo, la mujer en disputa, ya en manos de mi amigo, llegó a conocer que alguien se había hecho pasar por su amiga... y me manifestó que no se daba cuenta de como dicha persona pudo averiguar el correo electrónico de su amiga, de ella misma y conocer tantos datos. Es cierto: jamás me dio anotado en un papel el nombre de su amiga y su dirección de E-MAIL, pero me dio los datos necesarios para deducirlo sencillamente, de manera tan casual que su cerebro no archivó el suceso... pero sí mi pequeño block de notas una vez estuve solo.
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