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Toda la Verdad sobre la Tierra Hueca 2






 











Esta foto de la izquierda fue tomada el 23 de noviembre de 1968 por el Satelite Norteamericano  Essa 7 a la vertical del Polo Norte y fue publicada por la primera vez en junio 1970 por la revista "Flying Saucers". (Nota de Tito Martínez: en esta foto de satélite vemos como el Polo Norte está tapado con un gran círculo negro, sencillamente para ocultar la realidad de la apertura polar norte. Lo que vemos en esta foto no es la Apertura Polar Norte, sino el ocultamiento o censura gubernamental de dicha Apertura Polar, por eso es que aparece de color negro, ya que si no tuviera ese parche circular negro, la apertura aparecía totalmente blanca, a causa de la luz procedente del Sol interno del Planeta).

La segunda foto foto de la derecha pertenece un documento de la N.A.S.A que el autor de este artículo, (F.Idille) obtuvo personalmente en 1975, de la Agencia Usis, Este documento es una foto mosaico, realizada por el Dr. David S.Jhonson del "National Environnement Satellite Center", de fotos tomadas por el Satelite ESSA en abril 1967. Constatamos otra vez que la zona que concierne el Polo Norte ha sido aquí simplemente retirada sin explicación. (Nota de Tito Martínez: en esta foto vemos una vez más como la Apertura Polar Norte ha sido tapada con un parche negro por la censura del gobierno norteamericano).

El 12 de marzo del 2001, el internauta R.Sauquere envió esta foto en color que proviene del siguiente sitio (Sitio completamente científico que estudia los fenómenos oceanográficos y otros): http://www.obs-mip.fr/omp/legos/francais/rech/calottes/index.htm Esta foto viene a confirmar lo que se está escondiendo realmente al mundo entero. (Nota de Tito Martínez: esta foto en color de la Antártida, tomada por un satélite es aún mas impresionante que las anteriores, corresponde a la Apertura Polar Sur, en ella la censura gubernamental norteamericana también ha eliminado dicha Apertura Polar, para ocultar su existencia).







 















Nadie ha llegado a los Polos Norte y Sur, porque no existen


Este Documento es cortesía de Exposure Magazine International.  Publicado en el siguiente sitio web el 29 de Junio del 2.004
http://www.luisprada.com/Protected/dentro_de_nuestra_tierra.htm

La mejor crónica de un viaje a la Tierra Hueca la hizo el Contralmirante Richard E. Byrd de EE.UU. Su apasionante descubrimiento fue censurado y silenciado inmediatamente por ‘los de siempre. La 'Sociedad de la Tierra Hueca', en Australia, ha logrado conservar los registros de Byrd que ahora se transcriben.

Nunca deja de sorprenderme que las cosas que nos enseñan como hecho se pueden probar más tarde que son falsas, pero algunos de nosotros permanecemos bloqueados dentro del pensamiento establecido. La mayoría de nosotros aceptamos como verdad lo que nos enseñan, porque todo el mundo lo cree. Si usted va contra la corriente principal, podría ser etiquetado a menudo con diversas palabras. Por ejemplo, si usted va contra el orden religioso establecido, entonces se le clasifica de pagano o apóstata; en el orden científico, un herético; si duda del orden político, entonces se le etiquetará probablemente como de la derecha radical neonazi o fascista. Nuestra sociedad tiene una etiqueta para todo el que no es un conformista.

La ciencia nos dice que existen dos puntos polares: el del norte y el del sur, y que marcan exactamente donde las líneas de la longitud se cruzan. A pesar de todo ninguna expedición ha tenido éxito para llegar a los puntos norte y sur. Estudiando muestras de perforación profunda sabemos que la Tierra es sólida a una cierta profundidad. También sabemos que aumenta la temperatura dentro de la Tierra cuanto más profundamente perforamos, por lo menos hasta el punto que hemos explorado; y por lo tanto asumimos así que la Tierra debe ser sólida en dirección al núcleo. Esto se debe a medidas inexactas y a una pura presunción. La comprensión actual de la formación del planeta se forma a través de las líneas de pensamiento de la 'Tierra sólida'. Según Cate Malone, autor del artículo 'La Tierra Hueca', los astrónomos y los físicos creen que los gases se condensan gradualmente en una espiral que da vueltas, hasta que la fuerza de la gravedad, (otro fenómeno inexplicado) tira de ellos en forma sólida. Hay, sin embargo otras posibilidades. Un estudio simple de la fuerza centrífuga podría diseñar una Tierra completamente nueva para nosotros. La ciencia acepta el hecho de que la Tierra da vueltas sobre su eje como una peonza. Malone afirma en su artículo lo siguiente: “la fuerza centrífuga hace que la Tierra se achate levemente en el ecuador y se aplane en los polos.”

Para visualizar cómo podría parecer la formación de un planeta, piense en una lavadora automática en el ciclo de centrifugado. La ropa (gases, líquidos y partículas) se lanza hacia fuera contra los lados de la máquina (gravedad). La porción del centro permanece despejada. El hueco del centro está firme. Del mismo modo que la Tierra nunca ha dejado de dar vueltas, así esta lavadora nunca sale de su ciclo de centrifugado. Si la máquina continúa dando vueltas, ¿el agua y la ropa comienzan a agruparse en el centro, o girarán sin fin alrededor del centro hueco?

Las leyendas de seres procedentes del interior de la Tierra están todavía en el folklore de muchas naciones tales como las que hablan de extensas tierras paradisíacas al norte encontradas a través del  folklore de Escandinavia, de los cuentos populares rusos y de las leyendas de los esquimales que reconocen la existencia de duendes, gnomos, troles y gigantes; lo cual hace que la idea de la Tierra hueca no sea nueva.

En 1909, los guías esquimales del Almirante Peary creían que estaba en una expedición para encontrar a la ‘gran gente’ del norte, de la cual ellos eran descendientes. Los registros de los primeros exploradores del Ártico y de la Antártida están llenos de anomalías. Los exploradores del Ártico del siglo XIX se referían a un gran mar de agua dulce y a temperaturas cálidas en el norte, más allá de lo que ellos exploraron. También informaron que había nubes de polvo, extensas áreas de nieve manchadas con polen, pájaros y animales que emigraban al norte para el invierno, vegetación y mamíferos, tales como el gigantesco mamut supuestamente extinguido encontrado congelado en los icebergs. Incluso los icebergs son anormales cuando están hechos de agua dulce, y vienen de una tierra en donde ocurren menos de cinco centímetros de precipitación y muy poca nieve cae cada año.

Los descubrimientos del Doctor Frederick Cook y del Contralmirante Peary en 1908 y 1909, respectivamente, fueron igualmente poco convincentes. Ni siquiera se pudo probar que cualquier hombre alcanzó el Polo Norte. Como el Doctor Raymond Bemard precisa en su libro 'La Tierra Hueca', tal descubrimiento es verdaderamente imposible: “Es bien conocido que los polos magnéticos del norte y del sur no coinciden con los polos geográficos como deberían... si la Tierra fuera una esfera sólida con dos polos en el extremo de su eje, al ser un imán, sus polos magnéticos coincidirían con sus polos geográficos. El hecho de que no lo hagan es inexplicable en base a la teoría de que es una esfera ‘sólida’. La explicación llega a estar clara cuando asumimos la existencia de aberturas polares, con los polos magnéticos a lo largo del borde circular de estas aberturas, en lugar de en un punto fijo.”

Según Bemard la razón por la cual nadie ha encontrado los polos del norte o del sur es simple: “Los polos magnéticos y geográficos no coinciden... porque mientras que un polo magnético se halla a lo largo del borde de la abertura polar, los polos geográficos se hallan en su centro, en medio del aire y no en tierra sólida.”

La mejor crónica moderna sobre exploración y penetración en tierras más allá de los polos magnéticos la hizo el Contralmirante Richard E. Byrd de la Marina de EE.UU. en 1947 y 1956. Al igual que ocurrió con todas las exploraciones anteriores, la del Almirante Byrd fue envuelta en el misterio igualmente. La crónica comienza con los contactos por radio durante su vuelo de 1947 más allá del norte magnético y sobre el Polo Norte, la larga marca después del mítico punto de tierra en la cima del mundo. Durante la exploración de la Antártida el 13 de enero de 1.956 diversos avisos de radio indicaban:

“El 13 de enero miembros de la expedición de EE.UU. lograron un vuelo de 2.700 millas (4.320 kilómetros) desde la base de Mcmurdo Sound, que está a 400 millas (640 kilómetros) al oeste del Polo Sur, y penetraron una tierra existente de 2.300 millas (3.680 kilómetros) más allá del Polo.”

El 13 de marzo de 1956 se cita a Byrd, del cual dijo: “la actual expedición abrió una nueva tierra extensa”. Mucha gente recuerda todavía las emocionantes declaraciones en la prensa después de las expediciones de Byrd. Anunciado como el explorador más grande del mundo, la mención de Byrd de nuevas tierras creó un gran interés. Luego tales declaraciones se desvanecieron tan rápidamente como golpearon el aire. Los comentaristas de radio no hablaron ya de su descubrimiento, los noticiarios ya no mostraron imágenes de la expedición de Byrd y el asunto desapareció pronto del ojo público. ¿Por qué sucedió esto? ¿Descubrió Byrd realmente una tierra nueva que podría influenciar igual una lógica y diferente comprensión física de la creación de nuestro planeta?


El DIARIO DEL CONTRALMIRANTE BYRD



Traducción del alemán realizada por el sitio web Hitlerismo Esotérico
http://libreopinion.com/members/neuschwabenland

Biografía de Richard Evelyn Byrd

Richard Evelyn Byrd provenía de una de las mejores familias de Virginia. Un miembro de su familia fundó en 1737 Richmond, la capital de Virginia.
Nacido el 14 de Octubre de 1888 en Winchester, Virginia, estuvo primero en las escuelas de su ciudad natal, donde pronto se puso de manifiesto que corría sangre de aventurero por sus venas. Ya con doce años realizó completamente sólo un viaje alrededor del mundo.

A continuación pasó por la academia militar de Virginia e ingresó en la academia naval, donde obtuvo su diploma en 1912.

Tres años después se casó el oficial de marina de 27 años con una chica de una familia distinguida de Nueva Inglaterra (USA), donde a partir de entonces vivió con su familia.

Durante la Primera Guerra Mundial, Byrd mandó las fuerzas navales americanas en las aguas canadienses, y en esa época surge en él su pasión por volar.

En 1921 se le jubiló con el grado de "Lieutenant Commander" y Byrd decidió dedicarse por completo a las investigaciones polares, realizando sus famosos vuelos polares.

En 1916 sobrevuela por primera vez el Polo Norte, y en Junio del año siguiente realiza Byrd un dramático vuelo trasatlántico desde Nueva York hasta Ver-sur-Mer, en Normandía, Francia. Los 6000 kilómetros los recorrió en 46 horas; para aquel tiempo un grandísimo mérito.

Richard E. Byrd dirigió también diversas expediciones en la Antártida y en 1919 fue ascendido a contra-almirante por sus grandes méritos.

Pero sus mayores descubrimientos le esperaban todavía. En 1947 se adentró volando con su operador de radio 2.700 kilómetros en la apertura de la Tierra en el Polo Norte, sin ser consciente de ello al principio.
Nueve años más tarde, el 13 de Enero de 1956, lo hizo también en el Polo Sur. Esta vez sin embargo voló Richard E. Byrd adentrándose 3700 kilómetros en el interior de la Tierra. Catorce meses después, el 11 de Marzo de 1957, moría Byrd decepcionado por no habérsele permitido compartir sus inmensos descubrimientos con la Humanidad.

Introducción

El encargo que recibió el almirante Byrd fue claramente definido por la Navy: sobrevolar el Polo Norte. Esto debía acaecer el 19 de Febrero de 1947. Pero en realidad voló Byrd, sin ser al principio consciente de ello, adentrándose en el interior de la Tierra. Byrd descubrió una entrada al "mundo interior".
Byrd entró en contacto con los "altos y rubios seres con ojos azules". Recibió un mensaje para la Humanidad del "mundo exterior". Esta advertencia permaneció junto con anotaciones durante muchos años bajo llave.
Autoridades del gobierno de los EE.UU., en especial el Pentágono, fueron los responsables de esta represión.

Prefacio del almirante Byrd

Este diario lo escribiré en secreto y oculto. Contiene mis anotaciones sobre mi vuelo ártico del 19 de Febrero de 1947.
Estoy seguro de que llegará el día en que todas las suposiciones y reflexiones del hombre se disiparán para convertirse en nada y se tendrá que reconocer la irrefutabilidad de la verdad evidente.
Se me ha denegado la libertad de publicar estas anotaciones y quizá nunca lleguen a la luz de la opinión pública.
Pero yo tengo una tarea que cumplir, y lo que yo he vivido lo dejaré aquí escrito. Confío en que todo esto pueda ser leído, en que venga un tiempo en que la ambición y el poder de un grupo de personas no pueda ya ocultar más la verdad.

DEL LIBRO DE ABORDO

Tenemos considerables turbulencias. Ascendemos a una altitud de 2.900 pies (aprox. 885 metros).
Las condiciones de vuelo son de nuevo buenas. Se pueden ver enormes masas de nieve y hielo bajo nosotros.
Notamos en la nieve bajo nosotros un tono amarillento. Ese cambio de color sigue un patrón preciso.
Descendemos para poder observar mejor este fenómeno.
Ahora podemos reconocer distintos colores. Vemos también patrones rojos y lila.
Sobrevolamos la región otras dos veces, y después volvemos al curso en que estábamos.
Volvemos a chequear la posición con nuestra base.
Transmitimos todas las informaciones referentes a los patrones y a los cambios de color del hielo y la nieve.
Nuestras brújulas se han vuelto locas.
Ambas, la brújula giroscópica y la brújula magnética, giran y vibran.
Ya no podemos comprobar nuestra posición y dirección con nuestros instrumentos.
Sólo nos queda la brújula solar. Con ella podemos mantener la dirección.
Todos los instrumentos funcionan titubeantemente y extremadamente lentos.
Sin embargo no podemos determinar una congelación. Podemos distinguir montañas ante nosotros.
Nos situamos a 2.950 pies (aprox. 900 metros). De nuevo tenemos fuertes turbulencias.
Hace 29 minutos que hemos visto las montañas por primera vez.
No nos hemos equivocado. Es toda una cadena montañosa.
No es especialmente grande. Nunca ante la había visto.
Entretanto estamos directamente sobre la cadena montañosa.
Seguimos volando en línea recta, siempre en dirección norte.
Tras la cadena montañosa hay verdaderamente un pequeño valle.
A través del valle serpentea un río.
Estamos asombrados: aquí no puede haber un valle verde.
Aquí hay cosas que no concuerdan.
Bajo nosotros debería haber masas de hielo y nieve.
A babor las pendientes de las montañas arboladas con altos árboles.
Toda nuestra navegación ha dejado de funcionar.
La brújula giroscópica se balancea continuamente en un ir y venir.
Desciendo ahora a 1.550 pies (aprox. 470 metros).
Hago girar acusadamente al avión hacia la izquierda.
Ahora puedo ver mejor el valle bajo nosotros.
Sí, es verde.
Está cubierto de árboles y zonas de musgo.
Aquí dominan otras condiciones de iluminación.
En ningún lado puedo ver el sol.
Hacemos de nuevo una curva a la izquierda.
Ahora divisamos bajo nosotros un animal adulto.
Podría ser un elefante. ¡No! Es increíble, parece un mamut.
Pero de verdad es así. Tenemos bajo nosotros un mamut adulto.
Ahora bajo aún más.
Ahora estamos a una altura de 1.000 pies (aprox. 305 metros).
Observamos al animal con los prismáticos.
Ahora es seguro - es un mamut o un animal que se le parece mucho al mamut.
Radiamos las observaciones a la base.
Sobrevolamos entretanto otras montañas más pequeñas.
Yo estoy mientras tanto totalmente asombrado.
Aquí hay cosas que no concuerdan.
Todos los instrumentos vuelven a funcionar.
Empieza a hacer calor.
El indicador nos dice que estamos a 74 grados Fahrenheit (aprox. 23º C)
Mantenemos nuestro curso.
Ya no podemos localizar a nuestra base, puesto que la radio ha dejado de funcionar.
El terreno bajo nosotros se vuelve cada vez más plano.
No sé si me expreso correctamente, pero todo da una impresión de completa normalidad, ¡¡¡y ante nosotros se levanta con absoluta claridad una ciudad!!!
Esto sí que es imposible.
Todos los instrumentos dejan de funcionar.
¡¡¡Todo el avión empieza ligeramente a tambalearse!!! ¡¡DIOS mío!!!
A babor y estribor aparecen a ambos lados extraños objetos voladores. Son muy rápidos y se nos acercan. Están tan cerca que puedo ver claramente su distintivo. Es un interesante símbolo sobre el que no quiero hablar. Es fantástico. No tengo ni idea de dónde estamos.
¿Qué nos ha pasado? No lo sé.
Manejo mis instrumentos - pero siguen sin funcionar en absoluto.
Entretanto hemos sido rodeados por los discos voladores en forma de plato.
Parece que estamos prisioneros. Los objetos voladores irradian un brillo propio.
Nuestra radio emite unos chasquidos. Una voz nos habla en lengua inglesa.
La voz tiene acento alemán:
"¡¡¡BIENVENIDO A NUESTRO TERRITORIO, ALMIRANTE!!!
En exactamente siete minutos les haremos aterrizar. Por favor relájese, almirante, está Vd. en buenas manos."
De aquí en adelante nuestros motores dejan por completo de funcionar.
El control de todo el avión está en manos ajenas.
El avión gira en torno a sí mismo.
Ningún instrumento reacciona ya.
Recibimos precisamente otra comunicación por radio, que nos prepara para el aterrizaje.
A continuación empezamos sin demora con el aterrizaje.
A través de todo el avión pasa un suave temblor apenas perceptible.
El avión baja hasta el suelo - como en un inmenso e invisible ascensor.
Levitamos de manera totalmente suave hasta ahí.
El contacto con el suelo apenas se nota. Sólo hay un ligero y corto choque.
Hago mis últimas anotaciones de abordo a toda prisa.
Viene un pequeño grupo de hombres hacia nuestro avión. Todos ellos son muy altos y tienen cabellos rubios. Más atrás veo una ciudad iluminada. Parece resplandecer en los colores del arcoiris. Los hombres están aparentemente desarmados.
No sé lo que ahora nos espera. Caramente, una voz me llama por mi nombre y me ordena abrir. Obedezco y abro la portilla de carga.
Aquí terminan las anotaciones en el libro de abordo.
Todo lo que sigue lo escribo de memoria.
Es indescriptible, más fantástico que toda la fantasía, y si yo mismo no lo hubiera vivido, lo calificaría de completa locura. Nosotros dos, mi operador de radio y yo, somos conducidos fuera del avión y saludados con suma amabilidad. Entonces nos conducen a un disco deslizante, que aquí utilizan como medio de locomoción. No tiene ruedas. Con enorme rapidez nos acercamos a la brillante ciudad.
El esplendor de colores de la ciudad parece provenir del material parecido al cristal en que está construida. Pronto nos paremos ante un imponente edificio. Semejante arquitectura no la había visto hasta ahora en ninguna parte. No es comparable con nada. La arquitectura es como si proviniera directamente de la mesa de dibujo de un Frank Lloyd Wright, o bien podría estar sacado de una película de Buck Roger.
Nos dan una bebida caliente. Esta bebida sabe diferente a todo lo que yo haya disfrutado. Ninguna bebida, ninguna comida tiene un sabor comparable. Sabe sencillamente distinto, pero sabe de maravilla.
Han pasado unos diez minutos, cuando dos de estos extraños hombres que tenemos por anfitriones se acercan a nosotros. Se dirigen a mi y me comunican sin lugar a dudas que debo acompañarles.
No veo otra alternativa que cumplir su orden. Por tanto nos separamos. Dejo a mi operador de radio y sigo a los dos.
Poco después llegamos a un ascensor, en el que entramos. Nos movemos hacia abajo. Cuando nos detenemos, la puerta se desliza silenciosamente hacia arriba.
Caminamos por un pasillo largo en forma de túnel e iluminado por una luz color rojo claro. La luz parece emanar de las paredes mismas. Llegamos ante una puerta grande. Ante esta gran puerta nos paramos y permanecemos así. Sobre la gran puerta se encuentra un letrero acerca de cual nada puedo decir. Sin ningún ruido se desliza la puerta a un lado. Una voz me exhorta a entrar.
"No se preocupe, almirante", me tranquiliza la voz de uno de mis dos acompañantes, "¡el Maestro va a recibirle!" De manera que entro.
Estoy deslumbrado. La multitud de colores, la luz que llena la habitación, mis ojos no saben a dónde mirar y tienen primero que acostumbrarse a las condiciones. Pasa un rato hasta que puedo reconocer algo de lo que me rodea. Lo que ahora veo es lo más bonito que he visto nunca. Es más espléndido, más bonito y más suntuoso de lo que yo podría describir. Creo que ningún idioma puede resumir con palabras lo que puede ver. Creo que a la Humanidad le faltan palabras para ello. Mis observaciones y reflexiones fueron interrumpidas por una voz melodiosa y cordial:
"Le doy la bienvenida. Sea Vd. de la forma más cordial bienvenido en nuestro país, almirante".
Ante mi está un hombre de gran estatura y una fina cara marcada por la edad. Está sentado a una imponente mesa y me da a entender con un movimiento de la mano que debo sentarme a una de las sillas.
Le obedezco y me siento, después junta sus manos de forma que se tocan las puntas de los dedos. Me sonríe.
"Nosotros le hemos hecho venir, porque tiene Vd. un carácter consolidado y arriba en el mundo goza de una gran fama."
"¿Arriba en el mundo?", me falta el aliento. "Sí", contesta el Maestro a mis pensamientos, "Vd. Está ahora en el imperio de los Arianni, en el interior del mundo. No creo que nosotros tengamos que interrumpir su misión mucho tiempo. Vd. pronto será conducido a la superficie de la Tierra.
Pero antes le voy a comunicar por qué yo le hice venir, almirante. Nosotros seguimos los acontecimientos que se producen arriba sobre la Tierra. Nuestro interés fue despertado cuando Vds. lanzaron las primeras bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. En aquella mala hora fuimos a vuestro mundo con nuestros platillos volantes. Teníamos que ver personalmente lo que hizo vuestra raza. Entretanto ya hace mucho de eso, y vosotros diríais que es historia. Pero es para nosotros significativo - por favor déjeme continuar.
Nosotros no nos hemos inmiscuido en vuestras escaramuzas y guerras. Vuestras barbaridades las hemos consentido. Pero mientras tanto habéis empezado a experimentar con fuerzas que en realidad no estaban pensadas para los hombres. Esto es la fuerza atómica. Ya hemos intentado algunas cosas. Hemos hecho llegar mensajes a los estadistas del mundo - pero ellos no creen en la necesidad de escucharnos.
Por este motivo fue Vd. elegido. Vd. debe ser nuestro testigo, testigo de que nosotros y este mundo en el interior de la Tierra existimos, que nosotros aquí realmente existimos. Mire a su alrededor, y Vd. pronto comprobará que nuestra ciencia y nuestra cultura están varios miles de años por delante de las vuestras. Mire Vd., almirante."
"Pero", interrumpí al Maestro, "¿qué tiene esto que ver conmigo, señor?" El Maestro parecía sumergirse en mi, y después de que durante un largo rato me había examinado, me contestó:

"Vuestra raza ha alcanzado el point of no return. Tenéis a personas entre vosotros que estarían dispuestos antes a destruir la Tierra entera antes que perder su poder - el poder que ellos creen conocer." Yo de nuevo le dí a entender con un movimiento de cabeza que seguía sus explicaciones. El Maestro continuó hablándome: "Ya desde hace dos años intentamos una y otra vez contactar con vosotros. Pero todos nuestros intentos son contestados con agresividad. Nuestros platillos voladores son perseguidos por vuestros aviones de combate, atacados y disparados. Ahora debo decirle, hijo mío, que una enorme y nefasta furia se levanta, que una poderosa tormenta barrerá su país, y durante mucho tiempo arrasará. Desconcertados ante ello estarán vuestros científicos y ejércitos y no podrán ofrecer ninguna solución. Esta tormenta tiene poder de aniquilar toda la vida, toda la civilización de Vds., de forma que toda cultura podría ser destruida y todo podría hundirse en el caos. La gran guerra que acaba de terminar es sólo un preludio de lo que puede venir sobre vosotros. Para nosotros aquí esto se hace patente hora tras hora de manera más clara. Parta dela base de que me equivoco".
"No, ya vino una vez la época oscura sobre nosotros, y duró 500 años", le repliqué yo al Maestro.
"Así es, hijo mío", me contestó, "los tiempos sombríos cubrirán vuestro país de cadáveres. Y sin embargo parto de la base de que algunos de vuestra raza sobrevivirán a esta conflagración. Lo que después ocurrirá no puedo revelarlo. Nosotros vemos en un futuro lejano surgir una nueva Tierra, que será construida con los escombros de vuestro viejo mundo, y os acordaréis de sus tesoros legendarios y los buscaréis. Y mira, los tesoros legendarios estarán aquí con nosotros. Nosotros somos aquellos que los mantenemos a salvo. Cuando haya comenzado ese futuro, nos presentaremos a vosotros, ayudaremos a los hombres a revivificar su cultura y su raza. Quizá hayáis aprendido entonces que guerra y violencia no conducen al futuro. Para el tiempo que entonces seguirá, se os hará accesible antiguos conocimientos. Conocimientos que ya tuvisteis una vez. De Vd., hijo mío, espero que vuelva a la superficie con estas informaciones".
Con esta exigencia terminó el Maestro su exposición y me dejó muy desconcertado, pero para mi estaba claro que el Maestro tendrá razón.
Por consideración o por humildad, no lo sé, me despedí de todas formas con una ligera inclinación. Antes de que pudiera perderme aparecieron mis dos acompañantes, los que me habían conducido hasta aquí. Me indicaron el camino. Yo me volví hacia el Maestro. Había una cálida y amistosa sonrisa en su vieja y noble cara: "Le deseo a Vd. un buen viaje, hijo mío", hizo por último el signo de la paz y entonces nuestro encuentro había llegado ineludiblemente a su fin.

Volvimos rápidamente hacia nuestro ascensor. Nos movimos hacia arriba. Entre tanto me explicó uno de mis dos firmes acompañantes que tras finalizar la conversación con el Maestro teníamos prisa de verdad. El Maestro en ningún modo quería retrasarnos más, y además era importante que yo llevase inmediatamente el mensaje recibido a mi raza, me aclaró. A todo esto yo no dije nada.
Cuando fui conducido hasta mi operador de radio, comprobé que él probablemente tenía miedo, esto al menos se reflejaba en su cara.
"Todo está en orden, no hay de qué preocuparse, Howie, todo es O.K.", intenté quitarle el miedo. Junto con nuestros acompañantes, fuimos de nuevo al disco deslizante, que muy velozmente nos devolvió a nuestro avión.
Los motores ya estaban en marcha, y nos encontramos
inmediatamente a bordo. Había una atmósfera de tremenda prisa, la necesidad de actuar rápido era evidente.
Inmediatamente después de que cerramos la portilla, nuestro avión fue elevado en las alturas por una fuerza inexplicable para mi, hasta que volvimos a encontrarnos a 2.700 pies (aprox. 825 metros).
Fuimos acompañados por dos de sus platillos. Se mantuvieron no obstante a una cierta distancia de nosotros.
El velocímetro no indicaba en todo el tiempo velocidad alguna, a pesar de que ésta había aumentado enormemente.
Nuestra radio no obstante funcionaba, y de esta forma recibimos un último mensaje de los objetos voladores que nos acompañaban:
"A partir de ahora puede Vd. volver a utilizar todos sus equipos, almirante, sus instrumentos vuelven a ser funcionales. Nosotros le dejaremos ahora. Auf Wiedersehen". [N. del. T.: este "adiós" en alemán está en el original en inglés]
Seguimos con nuestros ojos a los objetos voladores hasta que se perdieron en el cielo azul pálido. De inmediato tuvimos a nuestro avión de nuevo bajo control.
No hablamos entre nosotros, cada cual estaba demasiado ocupado con sus pensamientos.
Última anotación en el libro de abordo:
Nos encontramos de nuevo sobre vastas regiones cubiertas de nieve y hielo.
Estamos todavía aproximadamente a 27 minutos de vuelo de la base. Podemos enviar mensajes por radio, y nos responden. Radiamos que todo es normal. La base está contenta de que vuelva a haber comunicación.
Tenemos un aterrizaje suave.
Yo tengo un encargo.

Fin de las anotaciones en el libro de abordo.

4 de Marzo de 1947:

Yo estaba en una reunión en el Pentágono. He informado detalladamente sobre mis descubrimientos y sobre el mensaje del Maestro. Todo fue grabado y escrito.
El presidente [N. del T.: de USA] también fue informado. Fui retenido aquí durante varias horas (exactamente fueron seis horas y treinta y nueve minutos). Fui interrogado minuciosamente por un quipo de seguridad y por un equipo médico. ¡Fue un infierno!
Fui puesto bajo la estricta supervisión de la Previsión Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América.
Yo había recibido la orden de guardar silencio sobre todo lo que había vivido - por el bien de la Humanidad. ¡Increíble!
Se me recordó que soy un oficial y que por tanto debo obedecer sus órdenes.

30 de Diciembre de 1956:

Última anotación:

Los años posteriores a 1947 no fueron muy agradables para mí... Hago ahora la última anotación en este especial diario. Quisiera mencionar que me he callado los descubrimientos que hice, tal y como se me ordenó.
¡Pero eso no es lo que tengo en mente! Noto que pronto llegará mi hora. Pero no morirá este secreto conmigo, sino que será difundido - como toda verdad. Y así será.
Sólo así puede existir la única esperanza para la Humanidad. Yo he visto la verdad. Ella me ha hecho despertar y me ha liberado. He cumplido mi deber con el enorme complejo militar y económico. Mi larga noche se acerca, pero tendrá un fin. Así como la larga noche del Ártico tiene un fin, así también la verdad volverá como un luminoso rayo de sol, y los poderes oscuros no podrán atravesar la luz de la verdad...
¡He visto el país más allá del Polo, el centro del Gran Desconocido!

R.E.B. US Navy

Este documento es la traducción de la edición alemana “Das Tagebuch des Admiral Byrd” y ha sido realizada por el sitio web Hitlerismo Esotérico
http://libreopinion.com/members/neuschwabenland

Por primera vez en español en Internet
© Hitlerismo Esotérico, Marzo de 2004

Esta traducción es propiedad intelectual de “Hitlerismo Esotérico”. Autorizamos su libre distribución y su uso en sitios web o foros, a condición de que se haga mención del origen de esta traducción y se incluya un link a “Hitlerismo Esotérico”.
 



EL MUNDO DEL INTERIOR DE LA TIERRA

Por  Hector Antonio Picco
Para leer el artículo completo: http://askasis.neociencias.net/esoterica/tierrahueca/tierrahueca.htm

Desde hace más de noventa años -pero no más de eso-, se viene enseñando que la Tierra es una especie de bocha maciza, con una sucesión de núcleos incandescentes compuesto de silicio y hierro, otro de níquel y hierro, un manto o costra silícica, etc.. En general, una misma teoría con algunos matices. Pero esa teoría expuesta desde 1907 en cada manual escolar y en las documentales cinematográficas y televisivas, no es otra cosa que una burda teoría. Y ésta afirmación no es una opinión personal, sino que para enseñar algo como una verdad absoluta e indiscutible, es necesario tener las pruebas suficientes, o por lo menos -para defender una tesis- ésta debe ser razonable desde todos los puntos de vista posible. La teoría de la tierra maciza es demostradamente imposible desde el punto de vista de la física y de la astrofísica, pues tendría una masa tal que atraería a todos los planetas del sistema, y posiblemente sería más pesada que el sol. Pero los astrofísicos con más posibilidad de dar a conocer estas cosas al público, se hallan comprometidos con los intereses que manejan económica y políticamente al mundo. Esos intereses no desean que el hombre de esta civilización encuentre otras alternativas de vida, otras formas políticas que no estén basadas en el dominio de unos pocos, otras sociedades donde no exista el dinero como instrumento de ese dominio, y menos aún desean que el hombre considere que existen otros hombres -ya sean intra o extraterrestres- con los cuales convenga relacionarse, dejando de obedecer a los gobernantes de pesos y políticos terrestres. Tampoco la Tierra puede ser maciza desde el punto de vista más elemental de la física, pues además de que la gravedad sería suficiente como para que fuésemos más chatos que una mantaraya, el hecho de ser incandescente y maciza, habría causado -millones de años atrás- que se partiera, convirtiéndose en un montón de guijarros dispersos.
 

... En aquellos tiempos -hasta hace sólo cinco siglos- se divulgaba una teoría "científicamente aceptada", y algunas más que la contradecían, a fin de quitar los ojos del asunto real. La teoría "oficial" era que la Tierra era una especie de gran meseta cilíndrica que sobresalía del Maremagnum Infinitum (un océano infinito habitado por monstruos gigantescos) de cuyas propiedades y aguas se discutía profusamente. Por algún mescanismo artesiano, el agua surgía del Mediterráneo y se volcaba en los océanos, y de éstos, al maremagnum. Entonces, internarse en los océanos era acercarse al abismo del que nadie regresaba. Esta idea machacada por siglos no surtió efecto en algunas pocas personas que se aventuraron a comprobar si aquello era verdad. Temerarios los hubo -hay y habrá- siempre, de modo que no bastaba con la idea mentirosa inculcada, sino que había que excomulgar, asesinar o quemar por brujo a quien hablara de estos asuntos. Si se dejaba hablar de la tierra esférica, los marineros descubrirían muchas tierras y se acabaría el secreto y el monopolio. Los frailes temían que se acabara la Iglesia, si se descubría que había contribuido tan grandemente al engaño, condenando a los científicos que en nada atentaban contra principios teológicos. Nada más -y nada menos- atentaban contra los intereses mezquinos. Mientras tanto, la Tierra como una bandeja sostenida por tres elefantes -o por cuatro-, o la Tierra con forma de disco en medio del Universo, con el Infierno en la otra cara (cosa que nadie se anime a acercarse a las orillas), etc., agregaban condimento a la entretenida discusión. Cualquier cosa era considerada oficialmente como posible, excepto la estúpida, infundamentada, absurda y blasfema idea de que fuera esférica y estuviera flotando en el espacio, girando alrededor del sol.

Los poderosos de hace quinientos años decidieron que era el momento de "abrir" América y largarse públicamente a su conquista, porque ya tenían el control financiero de Europa, y por lo tanto el control político, a pesar de que aún existían las monarquías. Pero ya por ese entonces, el dinero mandaba. Los banqueros usaron su poder para presionar a la Corona Española, porque ellos mismos no podían financiar a Colón. No porque no tuvieran recursos -todo lo contrario-: 1) No debían exponer públicamente su poder. 2) Necesitaban que un Gobierno cargara oficialmente con la responsabilidad por las tropelías de los enviados, y 3) Que en lo futuro pusiera a su disposición los ejércitos necesarios para la Gran Conquista del "mercado americano".
Los sucesores de hoy no pueden largarse abiertamente a la conquista del interior terrestre por varias razones de gran peso. Pero al menos se las han ingeniado muy hábilmente para ocultar esa realidad a la masa mundial, con las mismas estrategias que sus ancestros. A ello han servido millones de imágenes de la tierra maciza, en libros, revistas, diarios, documentales televisivas, etc.. Es decir que la cuestión pasa por realidades políticas, más que por discusiones científicas. Es difícil que un científico más o menos completo, como un físico con nociones claras de química, astronomía, topografía y geología, se trague el anzuelo de la tierra maciza, pero si lo pone en duda públicamente, la "conspiración del silencio" -denunciada ya en muchas publicaciones- le pone en la calle, ridiculizado y cerradas sus puertas en todas las universidades, observatorios, proyectos, etc.. Pero es peor aún la reacción de la familia que tanto lo quiere, pues igual le considerarán loco. Quien haya leído los libros de Héctor Picco (Argentino), Raimond Bernad (Estadounidense), Eduardo Elías (Peruano), -por nombrar a algunos de los más completos referidos al tema-, comprenderán que sobran elementos referenciales (históricos), físicos, químicos, astronómicos, oceanográficos, y geológicos para aceptar la realidad de la Tierra Hueca, mientras que los argumentos supuestamente científicos de la tierra maciza, adolecen de contradicciones que para un joven estudiante de física saltan a la vista.
Varios diarios y revistas de 1956, se hicieron eco de las palabras del Almirante norteamericano Richad Evelyn Byrd: "E.E.U.U. deberá enfrentar una gran amenaza que se cierne desde los polos".
Este hombre había ingresado en 1947, a una tierra que calculó el doble del territorio de su país, sobrevolándola en un gran cuatrimotor, cuando lo que pretendía era sobrevolar el Polo Norte. No se trataba de ninguna parte de Siberia ni de Canadá. Nueve años más tarde (1956), encabezó el Proyecto "Hig Hump" ("Salto Alto"), que supuestamente consistía en una expedición científica a la Antártida. Pero el móvil no era otro que comprobar dos cosas de máxima importancia para el establishment, y especialmente para el gobierno norteamericano: A) Localizar las bases alemanas que se establecieron en los oasis polares desde 1939, y B) Comprobar la forma de los huecos polares. Por la primera cuestión, la "expedición científica", constaba de catorce barcos de guerra, aproximadamente 2.700 soldados y ningún civil. El equipo contaba -para la segunda cuestión- con cinco grandes aviones.
Claro que tras la gran cantidad de vidas perdidas (nunca se publicó realmente el total de bajas), el regreso de la expedición fue convertido por la prensa oficial, en una fiesta, en el fin de una "maravillosa excursión" que muchas personas han visto por televisión en la década del '60. Oasis polares con temperaturas casi subtropicales, ríos de aguas tibias, extensos bosques, etc.
Quienes hemos visto esa hora y media de documental en la Antártida, nos preguntamos: ¿Cómo es que no se organizan expediciones turísticas a tan bellos lugares?, ¿Cómo es que los gobiernos se han apresurado tanto en "proteger ecológicamente" a los polos, desalentando todo intento de exploración y explotación? (incluso hay normas internacionales de aeronavegación que prohíben sobrevolar las regiones polares). Mientras tanto, estos gobiernos no tienen la menor preocupación por proteger ecológicamente el Amazonas o los bosques del resto del mundo, y menos por proteger la vida humana. No escatiman esfuerzos para inventar argumentos pseudocientíficos para confundir, o utilizar argumentos menores -fundados o no- para desviar la mirada de las masas hacia todo lo que se pueda cocinar dentro de esta civilización. Uno de esos argumentos, muy escasamente fundado, es el agujero de ozono, que ha existido siempre, acompañando la topografía propia de los polos. Otro elemento de distracción, es el de los extraterrestres, que aunque existen y vienen a visitarnos muy a menudo, los gobiernos usan el asunto para que sólo miremos para arriba o "afuera", y no veamos lo que se oculta abajo, o sea "adentro" de nuestro propio planeta. En todo es igual: mientras nos entretenemos con el brillo multicolor de los carteles, la televisión, el Internet, la pornografía, los escándalos del jet-set y el fútbol, ocurre que las realidades importantes -cuyo conocimiento definiría nuestros pensamientos en otra orientación más libre y amplia- quedan en el terreno de lo increíble, lo ridículo o "lo interesante".
Es que el hombre "promedio" de la superficie externa de la Tierra está extrapolado en todo sentido. No se ve a sí mismo. No ve sus pensamientos y sentimientos a menos que algún desorden económico o emocional lo ponga contra la pared. Allí reacciona, pero ya tan conformado por pasiones edonistas y egoístas, que no piensa más que en sí mismo. Entonces es relativamente fácil para los gobiernos, mantener a la masa entretenida en "competir" para obtener más confort y seguridad económica, lujo, placer y poder sobre otros.
Imagínese el Lector cuántas ganas pueden tener los habitantes del interior terrestre, o los extraterrestres, de contactarse con nosotros y decir ¡Aquí estamos!. Seguramente tendrán hasta leyes que lo prohíban, así como nosotros tenemos -¡aún entre nosotros!- leyes de inmigración. En este caso las diferencias deben ser tan grandes -o mayores- como las que hay entre los jíbaros amazónicos y el resto de la superficie externa del mundo. Los jíbaros tienen una disposición legal muy terminante: Matar a toda persona que ingrese a su territorio sin las insignias y contraseñas que sólo sus amigos conocen. Puede parecernos terrible, pero si esa consigna no se respetara, ya no habría jíbaros en el Amazonas. Estarían como esclavos de tercera en las fábricas de la civilización, y sus mujeres, que siempre han vivido desnudas, estarían semi-vestidas en los burdeles de "nosotros, los civilizados".
Hasta hace unos doscientos años, era posible acercarse a los jíbaros sin miedo alguno. Cualquier presencia humana extraña era motivo de una gran fiesta. Pero los buscadores de oro y diamante, y los tratantes de mujeres, fueron suficiente motivo para dictar esa consigna que hoy hace impenetrable ciertos lugares. A pesar de no tener tecnología, se defienden. Prefieren morir antes que caer esclavos, pues no es otro el destino que puede darles nuestra sociedad.

Si en el interior de la Tierra viven los dioses de las crónicas -tomadas como leyendas- nórdicas, y de las crónicas de la Grecia antigua, no deben ser tan fáciles de conquistar como los inocentes (casi ingenuos) aborígenes americanos de cinco siglos atrás, que no entendían la maldad, la usura, el esclavismo, los vicios y todas esas características de una civilización que, encima de destruirlos, los calumnió con supuestos ritos brutales de sacrificios humanos. Varios millones de aborígenes se salvaron de las masacres de la conquista porque desaparecieron. Los conquistadores hallaron cientos de poblaciones y grandes ciudades vacías, recientemente abandonadas. ¿Se los tragó la tierra?.
Estos dioses -para aquellos creyentes en las Sagradas Escrituras- también figuran en el Génesis Bíblico. El padre de Adán dijo "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza", y luego de la desobediencia dijo "Ahora echémosles de aquí, puesto que han comido del Arbol que les prohibí comer, no sea que también alarguen su mano y coman del fruto de conservar la vida, vengan a ser como nosotros y vivan para siempre". Es más: La Biblia dice que el Edén es el Paraíso Terrenal (no celestial), y dice que les echaron "fuera"... Siga el Lector con la Biblia más antigua y completa que pueda hallar. También el salmo 82 se halla dentro de "El Juicio de los Dioses". Si vamos a darle crédito a las Escrituras, pues démosle también comprensión.

... No es necesario ser geomorfólogo para comprender la cuestión de la Tierra Hueca, pero sí es necesario comprender el asunto desde todos los puntos de vista posible: histórico, antropológico, físico y geológico -principalmente- pero sin olvidar que, como he explicado en el documento anterior, que el desconocimiento de tan importante asunto es fundamentalmente político. Ahora veremos el ángulo físico, para tomar una idea clara de las superficies y volúmenes de la Tierra, así como de sus procesos de formación, porque de lo contrario, estaremos sometidos a la imposición de "teorías" que convienen a los mercaderes en vez que a los investigadores o a la humanidad en general. Para eso contamos con el aporte de diversas materias en las que cada especialista tiene lo suyo que decir.
Si vemos la teoría de formación planetaria bajo la más tajante de las materias, como es la física, tenemos sólo un desarrollo posible, y cualquier otra "teoría" caerá en errores en un momento un otro del desarrollo. La teoría de la Tierra Maciza, por ejemplo, cae en un montón de errores, como el hecho del origen mismo de la masa -supuestamente homogénea en un principio- que luego no podría desarrollar una dinámica hídrica, química, volcánica, etc., porque sería como adjudicar esas dinámicas a una masa de piedra volcánica que arrojásemos al espacio. ¿Acaso esa masa podría desarrollar volcanes, cambios morfológicos, etc., a medida que se enfría?.
Aparte de eso, una masa como la de la Tierra, si fuera maciza, se partiría en millones de pedazos a medida que se enfriase, si fuese así el petróleo, que sale de varios de kilómetros de profundidad (unos 20 Kms, en las últimas perforaciones) saldría hirviendo o se habría quemado y descompuesto, y un largo etcétera de cosas objetivamente conocidas, completamente incoherentes con la teoría de la Tierra Maciza. Y la verdad es que desde el absurdo teórico-físico, es imposible seguir una teoría cualquiera sin caer en más absurdos. Describiré el proceso elemental:

1) Una estrella (pondremos nuestro sol) explota, cumpliendo un ciclo que se conoce parcialmente, pero que sin caer en especulaciones extremas, sabemos que cada unos cuantos miles de millones de años, se reinicia o renace, surgiendo de él un nuevo sistema solar (también tenemos claro que no todas las estrellas se "reinician", porque algunas estallan para convertirse en una nebulosa desparramada y sin vida propia). El resultado de esa explosión, en el caso de una estrella que "se reinicia", es la formación de una nebulosa planetífera. Algunos cientos o miles de núcleos de plasma estelar, vuelven a formar un núcleo central que llamamos Sol. Pero quedan, por una compleja regla matemática, y en proporción a la intensidad de la explosión, una cantidad "X" de núcleos de una masa que ronda las milésimas o a lo sumo centésimas de la masa del sol original, dando vueltas en la periferia.

Mientras que el "nuevo sol" se cohesiona y reactiva, esos núcleos más distantes se mantienen en órbita. Luego una fracción de la materia plasmática dispersa de la nebulosa, se convierte en "materia química", es decir que cambia su "estado alquímico", pasando a formar átomos de helio, hidrógeno, etc., que son atraídos por esos núcleos dispersos. Ahora veamos un núcleo en particular, al que llamaremos "sol interior", pero aunque nos refiramos a la Tierra, cabe la explicación para todos los planetas. Resulta que los átomos de materia que ahora es "química" y no plasmática, por efecto de cambios de tensión magnética, relaciones de temperatura intrínseca y el frío absoluto del vacío externo, se han agrupado alrededor de los núcleos que serán "soles internos", que giran a millones de kilómetros del Sol Central. Han formado una burbuja alrededor de los mismos, porque resulta que entre la materia plasmática y la materia química hay tales diferencias que se pone en juego la Ley de Interacción, es decir que se atraen mutuamente hasta un cierto punto, pero las tensiones de repulsión las mantienen allí, atrapadas en una órbita, pero sin poder acercarse más.
Lo mismo ocurre con otros guijarros que andan por ahí, sueltos en el espacio, meteoritos de diverso origen, y con los "nuevos guijarros", que se van formando por procesos de cohesión molecular y combinaciones diversas, entre todas las partículas reunidas, las cuales -partículas y guijarros- van formando lo que llamaremos "costra".
Así tenemos un núcleo central de plasma estelar (un pequeño sol), al cual se le va formando una "costra", blanda y maleable, muy gaseosa, la cual, por estar sujeta a una rotación en el espacio, empieza desde su mismo origen, a evidenciar un par de huecos en sus polos de rotación. Entre la superficie de este "sol interior" y la superficie interna de la costra existe una distancia equivalente a seis o siete veces el diámetro del "sol interior". Ello obedece a una serie de constantes físicas, y vería según el tipo de masa que acumula como "costra", así como las características del plasma estelar, que también puede variar en función del tipo de estrella que le da origen.
La materia dispersa por el cosmos se sigue acumulando al paso del nuevo planeta en órbita, y la costra se va consolidando. Pero también ocurre que se va encontrando con otros pequeños núcleos de plasma que no han alcanzado a formarse como planetas o planetoides. Así que algunos son atraídos por el núcleo central del planeta, por ser de la misma consistencia alquímica. Pero la masa medianamente formada, retiene a estos pequeños núcleos, que alcanzan en ella diversos grados de profundidad. Generalmente no pasan de la mitad de la costra ya formada. Pero al encontrarse entre dos poderosas fuerzas -atracción y repulsión- a nivel molecular se produce un curioso efecto ya descrito en algunos libros de alquimia y observado en procesos de metalurgia moderna. La materia plasmática produce la fusión de gran parte de los componentes de la costra -especialmente del sílice-, originando lo que conocemos como "magma". Es decir, piedra volcánica en su estado incandescente.
Entonces tenemos en el interior de la costra, unos núcleos de plasma prisioneros, que generan enormes presiones no sólo en el sentido normalmente conocido por la física, sino que hay fenómenos "alquímicos", que tanto físicos como químicos actuales parecen desconocer, en su mayoría, salvo los físicos cuánticos que están más familiariarizados con el mundo de las partículas y las teorías sobre el origen de la materia, así como los procesos arqueométricos.
Tenemos -en síntesis- un hornito formado por un núcleo de plasma estelar y la masa pétrea que lo retiene. Ese horno llamado también "panela" u "olla" magmática, tendrá en la mayoría de los casos, una serie de válvulas de escape, o las producirá por las enormes presiones, en los puntos más débiles de la corteza terrestre, originando un volcán. Pero otros puntos de esta geomorfología dinámica, se relacionarán con formaciones donde se ha concentrado algo de agua, y esto generará -a modo de caldera- una hidrodinámica planetaria, que hará circular esas aguas por diversos puntos de la costra, algunos de los cuales serán vistos en la superficie en forma de géiseres, pero la mayoría darán origen a corrientes subterráneas que influirán en las grandes corrientes marinas. También estas "panelas" darán origen a procesos químicos como la formación de actínidos (elementos pesados como el uranio, etc.) los cuales derivarán tras un largo proceso, en la formación de diversos elementos químicos.
Estas explicaciones nos sirven para entender a "grosso modo" la dinámica de la corteza o costra terrestre, pero recordemos que ésta tiene dos superficies: una interna y la otra externa, en la que vivimos nosotros.
La superficie interna es en realidad la que lleva la mejor parte en los procesos de desarrollo biológico, porque su gravedad siempre será menos que la gravedad externa. Mientras aquí tenemos 9,8 metros sobre segundo como coeficiente de aceleración, en el interior esta medida es de aproximadamente 6,7. O sea que mis 100 kilos de aquí, se convertirían en unos 67 de "adentro". Además, nunca veré la noche, y si el precio por no ver las hermosas estrellas acompañando a la poética Luna, se me compensa con semejante diferencia de gravedad, un día permanente, -con todas las energías magnéticas armónicas que produce un sol que desde su génesis es el más adecuado para la genética humana, bien vale dejar de ve el "abismo sideral", para conocer las maravillas de una tierra donde todo es perfectamente adecuado a la vida.
Las temperaturas internas varían entre los 26 grados centígrados en cercanía de los polos, y los 46º en las zonas del ecuador interior, así que el promedio es el más adecuado para la vida basada en el carbono. Pero esto no es cosa exclusiva de la Tierra, sino que se desprende de un conjunto de Leyes Universales, -algunas de las cuales llamamos "leyes físicas"- y son tan válidas aquí como en la más lejana galaxia. O sea que no podemos hablar sólo de "La Tierra Hueca", sino que huecos son todos los planetas, del mismo modo que no hace un pájaro un nido macizo, para vivir en la intemperie, ni hacemos casas macizas para vivir en el tejado. Ninguna matriz de vida es maciza; todas las matrices son huecas y es "adentro" donde se desarrolla la vida. Ningún fruto -salvo el caso que es una evidente manipulación genética muy antigua- produce la semilla afuera. ¿Sería la Naturaleza Divina tan tonta de hacer incontables mundos inhabitables?.
Porque la superficie externa de los planetas es realmente una "intemperie cósmica inhabitable". Y nosotros tenemos unas condiciones realmente excepcionales, pero a la vez evidentemente antinaturales: Temperaturas de entre -80º hasta +52º y sobrevivimos merced a una gran capacidad de adaptación con ayuda de la inteligencia, pero jamás podríamos habernos desarrollado desde un punto de vista "evolutivo" en estas condiciones.
Libros antropológicos extraordinarios, como La Biblia, que las religiones han manipulado y adulterado "a piacere" para darle un uso de dominio psíquico de masas, nos dicen, sin embargo, unas cuantas claves: Por ejemplo, el Paraíso Terrenal. No nos dice en ningún momento que haya un Paraíso Celestial. Ni siquiera en el Nuevo Testamento tenemos una Paraíso que no sea el Terrenal, aunque las iglesias hayan extrapolado mediante imágenes el lugar de futuro "estado post-mortem" del hombre a un aburrido cielo con nubes y angelitos.
Siguiendo con la cuestión física, parece que nuestro Sol Interior o núcleo tiene unos 500 kilómetros de diámetro, según cálculos estrictamente fisico-matemáticos.

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